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Un poco de negocios, liderazgo y finanzas
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Transformación empresarial
No hay confusión más dañina que regañar a alguien, pensando que lo estamos retroalimentando. Regañar es un atentado a la dignidad humana y comunica un mensaje de superioridad. Por otro lado, retroalimentar parte de la premisa que estamos hablando con adultos con un problema externo y mejorable de trabajo. Lo primero puede generar resentimiento, lo último, compromiso.
Pero, ¿Cómo debemos retroalimentar?
En su extraordinario libro El Ejecutivo al Minuto, Keneth Blanchard nos enseña los tres pasos para hacer de la retroalimentación el arma más poderosa de crecimiento personal y empresarial.
Comienza con enseñarnos como establecer objetivos claros y realistas. Esa es la base de la retroalimentación. La segunda técnica, que se espera sea la que más utilicemos, es saber dar reconocimientos al minuto: aprobaciones sencillas pero muy efectivas. Y si ha ocurrido alguna desviación, nos muestra la manera más efectiva de hacerlo ver sin menoscabar la dignidad pero sin ignorar la falla.
Aquí va un pequeño resumen de sus lecciones.
Tomado del libro: “El Ejecutivo al Minuto” de Ken Blanchard
Una previsión de Objetivos de un Minuto consiste simplemente en:
Los Elogios de un Minuto dan resultado cuando usted:
Las Reprimendas de un Minuto dan buen resultado cuando usted dice de antemano a los miembros del personal que les hará saber claramente si trabajan bien o mal.
PRIMERA PARTE:
SEGUNDA PARTE:
1. Les da la mano, y alguna palmada en la espalda, para que se den perfectamente cuenta de que usted se halla honestamente al lado de ellos.
2. Les recuerda la gran estima en que los tiene.
3. Reafirma que los tiene en buen concepto, pero que en este caso no puede elogiar su trabajo.
4. Da a entender que cuando la reprimenda se acabó, se acabó.
Aplica estas técnicas en tu ambiente laboral y sé la diferencia que hace la diferencia entre un regaño y la retroalimentación que impulsará la mejora en tu empresa.